Rubios cabellos movidos
por el viento de verano,
una chica de ojos azules
jugando en la arena.
Ya llevaba un tiempo caminando,
pero aquella noche ella se derrumbó
y me cogió de la mano.
Con ese apuro adolescente, me dijo:
"Quizá deba escapar, todavía hay tiempo.
Bueno, tampoco tanto...".
"No podemos esperar a mañana,
debes darte cuenta de que esto es real.
Cariño, ¿quieres que discutamos?
¡No tienes elección!"
Nos comprometimos un viernes por la noche,
y sobre la cabeza de nuestro futuro hijo
juré que cuidaría de los tres,
pero tengo tendencia a quedarme dormido
en las noches más peligrosas,
lo llevo en la sangre.
Ella dice que tal vez se escape
a algún lugar mejor.
"No podemos esperar a mañana,
debes darte cuenta de que esto es real.
Cariño, ¿quieres que discutamos?
¡No hay otra opción!"
"Démonos una oportunidad, cariño,
no podemos perder",
significa: "No somos más que fugitivos".
Lo supe cuando te conocí,
supe que no te dejaría escapar.
Lo supe cuando te abracé,
supe que no te dejaría marchar.
Solíamos contemplar las estrellas
y confesarnos nuestros sueños,
abrazarnos hasta el amanecer y reírnos.
Ahora sólo discutimos;
cariño, ¿te sientes sola?
Por las noches, llego a casa
cuando ya se han ido a dormir.
Como el fantasma más torpe,
moro estas estancias.
Hay una foto de nuestra boda
y, aunque reconozco a la chica,
no consigo ubicarla entre estas paredes.
No podemos esperar a mañana,
nos quedamos atrapados en el anhelo.
Cariño, ¿piensas ocultarlo?
Lo último que pienso
es en encender el motor
y devolver la vida a mi cuerpo.
No somos más que fugitivos.
Lo supe cuando te conocí,
supe que no te dejaría escapar.
Lo supe cuando te abracé,
supe que no te dejaría marchar.
(Y no somos más que fugitivos).
Sí, huyamos.
(Y no somos más que fugitivos).
Sí.
*Para Lorena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario