Aunque la fría lluvia me empape las mejillas,
las gotas que aterrizan sobre las flores
me recuerdan a ti.
Si es eso lo que llamamos luz,
estoy seguro de que su chispa nunca se apagará
por más que se ensucie.
No se irá este sentimiento
que nos hace querer desaparecer.
Esos ojos que tanto pelearon contra las lágrimas
no pueden olvidar los recuerdos tristes.
Crea una luz que sea más hermosa que nada
y camina entre las nubes.
Después de la lluvia vendrá el arco iris.
Si escucho atentamente, puedo oír
los latidos de mi corazón,
que me regaña por no conseguir dejarlo todo atrás.
Toma mi mano y saquémosle brillo:
así también tú podrás ver
que el hoy es distinto del ayer.
Ah, deshazte de esos frágiles deseos
que pensabas enterrar en cuanto te lastimaras;
construyamos todos juntos un puente de esperanza
que atraviese la oscuridad de nuestros corazones.
Cuando cese la lluvia, podremos verlo en el cielo.
Creamos en nuestros deseos, sigamos adelante.
Grito hasta quedarme sin voz,
pero no obtengo ningún resultado.
La respuesta es esa luz que parece tan cercana,
pero que está lejos de nuestro alcance.
Las lágrimas que empapan tus mejillas
forman un hilo de luz.
Si quieres ver el arco iris,
no puedes tener miedo.
Cuando cese la lluvia, podremos verlo en el cielo,
en medio de la oscuridad de nuestras vidas.
Creamos en nuestros sueños, sigamos adelante.
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